La tristeza me embarga. La sensación de impotencia me llena de rabia. No consigo entender cómo hay gente capaz de hacer algunas cosas. Solo piensan en su propio beneficio, en su propio placer. Ver arder los montes, la naturaleza que es la riqueza de todo el pueblo gallego, por el simple hecho de ser feliz al hacerlo o por sacar un beneficio económico es algo que me hierve la sangre.
Menos mal que la Madre Naturaleza nos ha echado una mano. Ha comenzado a llover. Después de unos meses en los que la lluvia ha sido una circunstancia esporádica, después de unos días especialmente calurosos para esta tierra y para esta época del año, la lluvia ha vuelto a hacer acto de presencia. No es que sea la solución definitiva para los fuegos que devoran nuestros montes pero por lo menos ayuda a aliviar la situación.
Hoy no hablo de escritura, de literatura… No puedo hacerlo. Me duele ver arder los bosques que tanto amo, que con tanto cariño y tiempo gentes como mi padre han ido cuidando. Galicia es sus paisajes verdes, sus bosques frondosos que llaman la atención de todo el mundo; es mar y monte, es naturaleza salvaje. Y ahora nos han destruido parte de nuestra esencia.
Solo me queda tener fe en el pueblo gallego y en su fuerza para reponerse de las desgracias que la vida nos trae. Cuando nuestro mar quedó invadido allá por el año 2002, con el desastre del Prestige, por el chapapote que llegaba incluso a nuestras playas, todo el mundo se arremangó, se puso manos a la obra y, con la ayuda de miles de personas que vinieron de toda España y del mundo, salimos adelante.
Tengo confianza en que ahora, 15 años después, va a ser igual. Tardaremos años en conseguir que nuestros bosques vuelvan a ser la envidia del mundo, por su verdor, por su alma salvaje, pero lo conseguiremos. Sé que todos juntos lo haremos posible.
Mi solidaridad ante el desastre. Ojalá llegue el día en el que entendamos que debemos respetar la naturaleza, no porque sea riqueza (me enerva este término aplicado a la naturaleza), sino porque nos debemos respeto a nosotras mismas.
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Gracias por tu solidaridad, Álvaro. Creo que tienes razón al decir que debemos respetar la naturaleza. Sin respeto por ella la vida en la Tierra será cada vez peor.
Un saludo.
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Es una lástima terrible, no solo para los gallegos y asturianos sino para todos. Mucho ánimo.
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Gracias, Luna. Ver arder aquello que amas es horrible.
Un beso, amiga.
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Amén.
Mucho ánimo desde La Mancha.
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Gracias por tus ánimos, Francisco. Sé que son de corazón.
Un beso.
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Ánimo, compañera!! Esto es terrorismo (y no veo a los que mandan hacer mucho). La gente movida por la solidaridad es la que está haciendo lo imposible por salvar el monte…
Un abrazo fuerte, Lola!
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Gracias, Lidia, por los ánimos. La solidaridad de la gente es una de las mejores cosas que tenemos y que jamás nos quitarán.
Un besazo, compañera.
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