Olvídate de todo lo demás

Disfrutar del momento, sin estar todo el día pensando en el futuro, ésa es la máxima en mi vida. A los problemas hay que hacerles caso —sí, te doy la razón—, pero solo lo justo y necesario. Si no tienen solución, ¿para qué te estás preocupando por ellos si van a seguir ahí pase lo que pase? Y si puedes solucionarlos, se solucionan y todo resuelto.

A los ojos de mucha gente debo ser una irresponsable, una loca a la que le encantan hacer el payaso. Pero no es así. Yo me ocupo de mis cosas cuando tengo que hacerlo. Sin embargo también soy capaz de ponerme a cantar y a bailar si es lo que en realidad me apetece hacer. También doy un beso a una persona querida o me maravillo con una puesta de sol o con una cascada si es lo que el cuerpo me pide.

Ya hay demasiadas leyes y normas en el mundo como para seguir cortándonos las alas a nosotros mismos sin necesidad. La felicidad se compone de todos esos pequeños momentos que nos perdemos por el miedo al qué dirán los demás. Yo hace tiempo que perdí el miedo al ridículo y me he dado cuenta que desde entonces soy más feliz.

Por eso te hago una pregunta para que te contestes sinceramente en tu casa en soledad: ¿En verdad tú quieres ser feliz? Pues disfruta del momento y olvídate de todo lo demás.

Fin de trayecto

El Señor Lápiz y la Señora Goma se fueron, cogidos de la mano, de paseo por la hoja hasta que llegaron a un punto. Por suerte era un punto y seguido. Así que decidieron hacer un paréntesis y descansar durante unos minutos.

Un poco más tarde dieron la vuelta a la hoja y siguieron andando juntos, paseando su amor. Lo malo fue que al llegar a la última línea de la hoja se encontraron de frente con un punto y final.

Y fue en aquel lugar donde tuvieron que acabar su historia de amor el Señor Lápiz y la Señora Goma. Ya no había más papel por el que seguir andando.

 

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Foto: Lola Pena.

A vueltas con Pinocho

Tomar un clásico de la literatura infantil, como es el caso de Pinocho, para darle unas cuantas vueltas a ver qué sale es una buena idea. Pero esta idea no es mía sino de los amigos de la Academia Hiperbreves. Nos lanzaron el reto y tanto otros compañeros escritores como yo lo aceptamos encantados. Aquí están mis microrrelatos versionando a Pinocho. Espero que os gusten.

– I –

—Quisiera saber qué se siente teniendo madre —le dijo Pinocho a su padre.

Aquella noche Gepetto comenzó a tallar un cuerpo de mujer.

 

– II –

 —¿Por qué me llamo Pinocho?

—Porque te fabriqué con madera de pino —respondió Gepetto.

—¿Y si fuera de roble me llamaría Roberto?

 

– III –

 —Deja de mentir en lugar de recortarte la nariz con un hacha —le aconsejó el hada a Pinocho —, porque al final te vas a hacer daño.

 

 

pinocho 1Blog de la Escuela Nº 77 «Evita»

Luces

La Escuela Creativa nos invita cada jueves (#JuevesConCuento)  a escribir un microcuento en el que tenemos que emplear 15 palabras como máximo. Hoy nos proponen que el cuento contenga la palabra «Luces…»

Aquí dejo mis pequeñas creaciones. Espero que os gusten:

 

Microcuento nº1:

  • Cada noche miraba la más luminosa de las luces del cielo. Su abuela vivía allí.

 

Microcuento nº2:

  • Apagué las luces. Cerré la puerta. Tirando de mi maleta me marché hacia otro país.

 

Microcuento nº3:

  • Bajaron unas luces brillantes y aparecieron ellos. La sorpresa vino cuando me abdujeron a Marte.