Huye de las modas

Todo aquel que me conoce un poco sabe que tengo algunos escritores de cabecera, de esos que siempre estoy leyendo y releyendo, que van conmigo donde quiera que vaya. Uno de ellos, quizás el más querido, es José Saramago, Premio Nobel de Literatura en 1998 y cuyo centenario de su nacimiento celebramos el pasado 16 de noviembre de 2022. De él aprendí muchas cosas en términos literarios, pero también me enseñó otras muchas que nada tienen que ver con la escritura, o puede que sí…, me enseñó la lealtad a uno mismo escribiendo.

Saramago fue un hombre que se mantuvo fiel, leal a sus principios hasta el final de sus días. Cuatro eran sus temas favoritos a la hora de escribir: la lucha contra las políticas neoconservadoras de algunos gobiernos, la actitud inmovilista de la Iglesia Católica, su trabajo a favor de los pueblos más desfavorecidos del mundo y su idea de la unidad de la Península Ibérica.

Mantenerse fiel a estos principios le trajo no pocos problemas a lo largo de su vida. Cuando en 1991 publicó El evangelio según Jesucristo se levantó tal polémica mediática por el malestar de la jerarquía católica portuguesa y del gobierno, que incluso llegó a vetar su presentación al Premio Literario Europeo de ese año, alegando que «ofendía a los católicos», que Saramago decidió, como acto de protesta, abandonar Portugal e instalarse en España, concretamente en Lanzarote.

Tras ganar el Premio Nobel, su nombre era conocido en todo el mundo. Sin embargo, la polémica no le abandonó porque siguió manifestando sus ideas sin importarle a quién podían molestar. Y así se mantuvo Saramago leal a sus principios hasta el final de sus días, en 2010.

Esta actitud vital de José Saramago me ha llevado muchas veces a pensar en mi propia escritura, en qué es lo que busco transmitir con mis textos, en cómo lo quiero comunicar, y he llegado a dos conclusiones:

  • Si escribo siendo fiel a mis principios y mis ideas, mi escritura será más auténtica. No tendré que ocultar lo que siento, defenderé y expresaré lo que de verdad es importante para mí.
  • Quedaré al margen de las modas literarias, de lo que se lleva escribir en cada momento. Las modas o tendencias literarias cambian de manera constante. No se puede escribir pensando en lo que está en boga hoy porque mañana puede ser algo completamente distinto.

Siendo yo misma, lejos de modas, manteniéndome leal a mis principios, creo que puedo llegar a escribir algo de lo que al final me sienta orgullosa. Por lo menos me sentiré bien haciéndolo así. Gracias, Saramago, por ayudarme a verlo con tanta claridad.

-.-

Publicado en Scribook

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